Tratamiento de residuos, calidad del agua y salud es el tema de la serie Diálogos del Agua que nos ocupa el día de hoy.
Cuatro panelistas integrarán la mesa de discusión: los funcionarios Jorge Montes Garza, con cinco años de experiencia a cargo del área de Comunicación Social y Cultura del Agua del SAPASMA, así como Denia Guadalupe González Barrios, Directora de Calidad del Agua de SAPASMA y con una larga trayectoria en la industria de los alimentos. Ambos representan al Presidente del Consejo Directivo de Sapasma, Lic. José Ulises Valenzuela.
Desde l992, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de San Miguel de Allende, Sapasma, es la entidad pública descentralizada que se encarga de la explotación, uso y aprovechamiento de las aguas superficiales como del subsuelo y residuales, desde su extracción hasta su distribución, tratamiento y disposición final. Su Visión es “garantizar los servicios de agua con calidad y eficiencia para conservar la salud y bienestar de los usuarios.”
Asimismo, nos acompaña el ingeniero José Abraham Soto, Director de Fomento a la Participación Social del Comisión Estatal del Agua de Guanajuato, experto en planeación hidráulica, abastecimiento de agua en bloque y actualmente en la coordinación de las asociaciones COTAS. Es Ingeniero Civil por la Universidad Autónoma de Coahuila, con estudios de Maestría en Ingeniería Hidráulica por la Universidad Nacional Autónoma de México. También se ha desempeñó como auxiliar de proyectos en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, así como en proyectos de optimización de redes de agua potable, y desde el año 2001 labora en la Comisión Estatal del Agua de Guanajuato.
También nos acompaña el ingeniero Rafael Zárate, Maestro en Ciencias por la Universidad Politécnica de Madrid y actual presidente del Consejo del Centro de Innovación en Tecnología del Agua de Guanajuato. Es socio fundador de la firma “Hidrorenovación de Mexico” y experto en procedimientos de reutilización de agua, por lo que es consultor de aguas residuales para los gobiernos de Querétaro y Guanajuato, además de ser miembro del Comite Directivo del Consejo Internacional de Nanotecnologia.
Ha participado en gran medida en los diferentes proyectos de diseño de plantas de tratamiento de México y España y posee dos patentes para la industria del agua en México.
En esta ocasión nuestro moderador será Enrique Orvañanos Acosta, dedicado a la creación y desarrollo de negocios en el sector privado de México. En 2010 es electo presidente del Club Rotario del Medio Dia, A.C. (“Rotary Midday Club”), implementando varios proyectos sociales, entre los que destacan la recolección a nivel familiar de agua de lluvia en las comunidades más pobres del municipio.
En el 2011 participa en la renovación del Consejo Coordinador Empresarial de San Miguel, A.C. y forma parte de la comisión del rescate de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de San Miguel de Allende. Su interés profesional se enfoca en buscar el aprovechamiento de los recursos existentes, generando nuevos productos, servicios, fórmulas, métodos, procesos, enfoques y modelos de negocios.
Enrique Orvañanos: Nos hemos reunido aquí tanto el sector privado como las autoridades haciendo posible la comunicación para encontrar soluciones al problema del agua en San Miguel de Allende. La idea es señalar alternativas que son lógicas, factibles y que se pueden llevar a cabo, algunas con más rapidez que otras.
Rafael Zárate: He trabajado en el diseño de la planta de tratamiento de agua en San Miguel de Allende. Estoy convencido de que tenemos que promover la sustentabilidad de una manera muy responsable. Debemos tomar en cuenta que la cantidad de agua en el planeta es la misma desde que el mundo fue creado. Nosotros lo vemos como algo muy natural, ya que tenemos agua todos los días, así que no le prestamos mayor atención. El problema del agua es básicamente social y económico.
Desde el punto de vista técnico, el agua es 100 por ciento reutilizable por lo que estamos hablando de un recurso no perecedero. Pero no hay que confiar en esto. Contamos con la tecnología para la reutilización de aguas residuales, pero esto se ha hecho con todas las garantías de calidad sólo en las Estaciones Espaciales. El costo es muy elevado: de 90 a 100 pesos por litro.
En nuestras casas pagamos sólo 1 centavo por el agua que recibimos. Estamos hablando de una diferencia abismal, 10 mil veces más por reutilizar el agua y no estamos dispuestos a pagarlo.
Si el sistema operativo del agua aumentara las tarifas 10 mil veces, nos volveríamos locos. De ese tamaño es el problema. Y este es el problema que tendremos en el futuro, 10 mil veces más grande de lo que tenemos ahora.
El agua que estamos acostumbrados a pagar es un recurso muy barato pero no renovable porque no estamos dispuestos a pagar lo que cuesta reutilizarla con una garantía de calidad. En general, el agua es renovable, pero no en las condiciones en que la estamos administrando.
Cuando yo era joven no pensábamos en ir a una tienda y comprar agua embotellada. Eso sucede ahora porque hemos degradado el recurso. Los europeos que han estudiado el agua durante muchos años y que comparten muchos de los recursos (el río Danubio atraviesa 7 países, algunos beben de él , otros descargan drenaje en él) dicen que la Tercera Guerra Mundial va a ser provocada por el agua.
Regionalmente tenemos un conflicto entre Guanajuato y Jalisco. También hay fricciones por el agua de la presa El Cuchillo entre Nuevo León y los EU, con militares involucrados.
Ahora, ¿quién contamina el agua? Nosotros. Por lo tanto, si somos responsables en la creación del problema, tenemos que estar dispuestos a participar en las soluciones. San Miguel de Allende cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales desde el año 2000, (operó hasta 2008). Pero ha sido rebasada. La población ha crecido y la increíble cantidad de desarrollos residenciales que han surgido en San Miguel, todos, compiten por el agua.
Las compañías embotelladoras de agua están vendiendo lo que se supone debemos tener en casa. México es el consumidor número uno en el mundo de agua embotellada. Esto es algo en qué pensar. Un litro de agua embotellada cuesta 10 pesos. El costo del agua potable es de 10 mil pesos por metro cúbico, pero SAPASMA sólo nos cobra 13 pesos.
Necesitamos promover mayor consciencia y un uso sustentable de nuestros recursos hídricos. El agua que contaminamos ahora se la estamos arrebatando a las futuras generaciones. La contaminación seguirá en aumento y nuestras instalaciones para abastecimiento y tratamiento tendrán que crecer al mismo ritmo. No podemos pensar que con la misma cantidad de pozos vamos suministrar el agua que necesitamos. Cada vez tenemos que bombear más profundo donde hay metales pesados que contaminan el agua.
Por otro lado está el crecimiento demográfico. ¿Qué sucede si el suministro de agua no crece al ritmo de la demanda, mismo tiempo que aumenta la contaminación? Estamos hablando de un problema que no podemos ignorar, pretendiendo que las autoridades lo resuelvan todo. No podemos decir que si el agua tiene arsénico y fluoruro no nos afecta porque tenemos el dinero para comprar agua embotellada. Esa no es la solución. Cuando decimos que sí al agua embotellada, estamos agravando el problema.
Desde luego, podemos reutilizar el agua adecuadamente en nuestros hogares. Cuando nos bañamos y esperamos a que salga el agua caliente estamos perdiendo 26 litros, a 10 pesos por litro. Son 260 pesos. Así que la responsabilidad de cuidar el agua es nuestra también.
Concluyo diciendo que SAPASMA tiene que pagar las cuotas a la Comisión Nacional del Agua por la extracción del agua. El agua pertenece a la nación.
Nosotros sólo la manejamos. Tenemos tinacos por todas partes y eso no está bien, porque estamos dando por hecho que el sistema de distribución no funciona y que tenemos que invertir en un tinaco para almacenar agua.
Entonces las agencias de gestión hacen como que proporcionan el agua y el usuario finge que recibe agua. Así es como están las cosas hoy día.
Enrique Orvañanos: En las zonas rurales la situación es más grave. Las familiar pagan precios muy elevados por el agua que utilizan. Hay una evidente falta de equidad en la distribución del agua al mismo tiempo la reducción del acuífero en nuestra región es crítica .
José Abraham Soto: En nombre de la Comisión Estatal del Agua me gustaría hacer referencia a los orígenes de esta situación. No quiero llamarlo un problema pues estamos hablando de un sistema con muchos aspectos que tomar en cuenta.
Recuerdo cuando había una gran cantidad de agua en Guanajuato. Gracias a esto hemos tenido un importante crecimiento económico y social.
Especialmente en la agricultura. El crecimiento demográfico no representaba una amenaza para los cuerpos de agua.
A nivel nacional, la disponibilidad de agua per cápita es alrededor de 4 mil metros cúbicos por persona al año. Por supuesto que la distribución geográfica varía, pero este es un promedio. En Guanajuato la disponibilidad de agua per cápita es de unos 775 metros cúbicos al año. Estamos hablando de escasez debido a la muy baja disponibilidad.
Debemos considerar el cambio climático dentro de este sistema desigual. Sabemos que en nuestro estado hay mayor demanda por la sobreexplotación de los acuíferos. Estamos extrayendo 25 por ciento más de lo que se infiltra.
Es información del último censo. Esto significa que la reducción del nivel del acuífero es de 1 a 3 metros por año y esto impacta a muchas áreas, por lo que me gusta llamarle un sistema. Por lo tanto, si bombeamos cada vez más profundo para extraer agua la calidad va a cambiar Y esto tiene consecuencias. No sólo necesitamos un sistema de purificación más sofisticado sino que tendremos que pagar más por el agua. Vemos una serie de causas y efectos …
Estamos conscientes de la competencia local por el agua. San Miguel es parte de la cuenca Lerma-Chapala, junto con otros cinco estados, para el riego agrícola. Esto ha afectado a los ríos que ahora son pequeños arroyos, la mayoría de aguas negras. Para nuestros sistemas de gestión esto implica un mayor esfuerzo en la extracción del agua. Es lo que enfrentamos actualmente. Al mismo tiempo tenemos que observar lo que está pasando en lo alto de las montañas donde la recarga tiene lugar.
No somos una agencia operadora del agua. Somos un eslabón, los promotores o intermediarios, pero no la autoridad. Apoyamos a los usuarios y a los sistemas de gestión de las diferentes localidades mediante programas de calidad del agua. Podemos promover el uso de plantas de tratamiento y el uso de la cloración en algunas comunidades rurales que están totalmente abandonados, incluidas las que llamamos comunidades de nivel medio con 2mil 500 habitantes. No reciben incentivos económicos por parte del gobierno.
Cuando nos referimos al tratamiento de las aguas residuales estamos hablando de las áreas centrales de los municipios. Nos estamos olvidando de las comunidades marginales que carecen de toda infraestructura para el de tratamiento de sus aguas residuales. Es por eso que nuestra imagen es débil.
Una de nuestras responsabilidades es proporcionar este servicio a estas comunidades rurales abandonadas, pero no tenemos los recursos ni los medios para hacerlo.
En general, las comunidades rurales operan y administran sus sistemas de agua y red de alcantarillado. Sin embargo, hemos identificado una falta de sentido de propiedad por parte de los habitantes con respecto a su infraestructura. Les proporcionamos el equipo declorinador y cuando volvamos un año más tarde, ya no está. Esto es un problema. Estamos hablando de una inversión que desaparece.
Una de nuestras prioridades es ponernos en contacto con los usuarios del agua. Necesitamos desarrollar un sentido de propiedad y responsabilidad en las comunidades para que sean operadores efectivos. Estamos promoviendo la cultura del agua, no sólo en los usuarios, sino también en las agencias operadoras. Hay usuarios que son totalmente conscientes de la situación pero no así los administradores que ignoran su responsabilidad. Así que tenemos que enfrentar ambas situaciones.
También tenemos muchos estudios a través de estaciones meteorológicas, medidores de agua y otros dispositivos en distintos sitios que recogen datos. Hacemos el análisis de calidad del agua de los cuerpos superficiales y aguas subterráneas.
Entonces, ¿hacia dónde vamos? Debemos ver el futuro de una manera diferente. Necesitamos más participación ciudadana porque tenemos un problema que no se va a resolver con más tuberías e infraestructura.
Tenemos que crear una cultura del agua, desarrollar un sentido de responsabilidad en los operadores comunitarios porque de lo contrario vamos a seguir en lo mismo de siempre.
Necesitamos diferentes sistemas de colaboración, tenemos que estar en contacto con los usuarios y encontrar soluciones juntos, trabajar de cerca con las agencias operadoras y darles recomendaciones a partir de toda la información que recopilamos. Podemos consolidar las agencias con nuestra experiencia. Sé que el costo de la electricidad es un problema. Las agencias tienen que pagar del 20 al 30 por ciento del costo total, además del mantenimiento, el personal, etcétera.
Hemos recibido del gobernador del estado la orden de trabajar estrechamente con los usuarios para crear conciencia y difundir la información que tenemos. Por supuesto, esto implica garantizar la calidad en el servicio de suministro y uno de los efectos sería la reducción de las enfermedades.
El agua es un tema complicado, pero es hermoso. Tenemos que verlo como un sistema y hacer frente a todos los aspectos de ese sistema, que es muy dinámico. Nuestro trabajo no puede ser estático ni rígido. Si de verdad queremos promover acciones sustentables para beneficiar nuestros recursos hídricos, es necesario contemplar todos los factores: sociales, económicos, ambientales, de lo contrario no podemos hablar de sustentabilidad.
Necesitamos diseñar nueva tecnología y nuevas formas de suministro energético. También necesitamos que todos los interesados participen: la sociedad, el gobierno y todos los usuarios.
Denia González: Este es todo un tema y una vez que entendamos mejor la relación entre calidad del agua y salud, vamos a saber qué hacer. Uno de nuestros principales objetivos es reducir las enfermedades relacionadas con las aguas residuales. Y hay una gran cantidad de residuos en el agua.
Hay diferentes tipos de calidades en un agua determinada. Yo vengo de la industria de alimentos y en ese tiempo el agua era la más limpia que podía haber. Teníamos controles de altísimo nivel para obtener la mejor agua.
Luego trabajé en el Departamento de Agua y me di cuenta de que hay distintas visiones para manejar esto. Por un lado tenemos el agua para la producción de alimentos con la mayor calidad posible para garantizar nuestra salud. Por otra parte, el agua utilizada se ensucia pero aún así es un agua muy noble. Está contaminada con sustancias que son fáciles de eliminar. Sin embargo, hay otros contaminantes en la industria que tienen otro impacto.
En la fabricación de productos como botellas, por ejemplo, y en la agricultura misma, encontramos contaminantes que son más nocivos. Así es que agua y salud van de la mano y la disponibilidad de un agua de alta calidad es condición indispensable para la vida.
También tenemos el agua contaminada de la lluvia. Ésta recoge de las calles otros tipos de sólidos e hidrocarburos de los automóviles, lodo y demás. También está el agua utilizada para la elaboración de ciertas artesanía donde se utilizan detergentes no biodegradables.
Aquellos lugares que no tienen suficiente agua no crecen. Necesitamos una cierta cantidad para producir ciertas cosas y Jorge va a mencionar algunas. A veces podemos volvernos locos cuando sabemos la cantidad de agua que se necesita para la fabricación de un producto determinado.
Jorge Montes: Tuvimos una campaña muy interesante donde informamos al público sobre la cantidad de agua necesaria para la fabricación de ciertos productos. Por ejemplo, 1 litro de cerveza necesita de 5 a 25 litros de agua; 1 kilogramo de cemento necesita 25 litros de agua; 1 kilo de acero, de 300 a 600 litros; 1 litro de leche, de 2 a 5 litros de agua.
En el ámbito doméstico, necesitamos entre 20 y 50 litros de agua para la ducha; 20 litros para lavar los platos; para la ropa, entre 50 y 120 litros de agua; un metro cuadrado de un jardín requiere de 70 litros; para lavar el coche son necesarios 90 litros de agua.
En el contexto agrícola, necesitamos 1.100 litros de agua para 1 kilo de forraje; para 1 gramo de trigo, 1.500 litros de agua; para 1 kilo de arroz, 4.500 litros; para 1 kilo de algodón, 10,000 litros de agua. En muchos casos estamos hablando del agua que utilizamos desde el momento en que se siembra la semilla.
Denia González: El Departamento de Calidad del Agua de SAPASMA ha estado monitoreando los contaminantes que recibimos en la red de alcantarillado municipal. Hacemos un seguimiento de 4 mil puntos de muestreo para analizar lo que se arroja en el sistema de alcantarillado. También vamos a las comunidades y analizamos los niveles de contaminación de sus pozos y sistemas de alcantarillado. Sabemos que cada vez que profundizamos más en los pozos encontramos más contaminantes.
Estamos usando pastillas cloradas para reducir la contaminación en el sistema de alcantarillado. Le damos seguimiento a la planta de tratamiento de aguas residuales que limpia el agua de San Miguel. Muchos de nosotros tiramos sustancias en el drenaje que no deberíamos. Por ejemplo: pintura, ácido muriático para limpiar el inodoro, soda cáustica para limpiar los hornos, aceite de cocina usado. Esa es un área donde todos debemos contribuir.
Antes de lavar mis platos los limpio con servilletas y el aceite usado lo deposito en una botella antes de tirarlo a la basura.
Jorge Montes: Actualmente estamos trabajando con un grupo de jóvenes conocidos como Jóvenes en movimiento… tienen diferentes centros para recibir el aceite de cocina usado y convertirlo en biodiesel. Así es que en vez de verterlo al drenaje se puede almacenar en una botella de cristal y cuando usted paga su factura de agua en las oficinas de SAPASMA deposita la botella en un contenedor donde lo recogemos.
Enrique Orvañanos: Estamos agradecidos por el agua de lluvia que cae en este momento y si pudiéramos recolectarla y encausarla esto nos permitiría llenar la Presa Allende. Sin embargo, cuando entra en los arroyos y se lleva toda la basura no hay planta de tratamiento de aguas que sea capaz de limpiar ese tipo de agua. Necesitamos un sistema de captación de agua de lluvia con el fin de minimizar la carga que llega a la planta de tratamiento.
Jorge Montes: Después de todo lo que se ha dicho tengo poco que agregar. ¿Qué hacemos en SAPASMA? En lo que respecta a comunicación social y la calidad del agua, estamos en contacto con todas las escuelas de primaria y secundaria, universidades también para ofrecer charlas y desarrollar diferentes tipos de talleres y juegos. Llevamos a los niños a la planta de tratamiento para que aprendan acerca de la importancia de no arrojar desechos en el drenaje y baños. También trabajamos con las comunidades.
Recientemente tuvimos una campaña que decía: “Si consumes más, pagas más.” Queremos sensibilizar la población sobre la importancia de la cultura del agua.
Enviamos mensajes a través de los medios de radio, televisión y prensa. En el periódico Atención hemos incluido mensajes para la comunidad extranjera. También tenemos una página web: www.sapasma.org.mx donde se puede pagar la factura en línea. Ahí pueden encontrar una sección para la participación en las redes sociales con mensajes de cultura del agua.
Durante el tiempo que he estado en este departamento he desarrollado proyectos que se encaminan al cuidado sustentabilidad del agua como el programa de recolección de aceite de cocina usado y el programa de recolección de plástico y baterías, uno de los contaminantes más importantes en las fuentes de agua.
El 22 de marzo, el Día Mundial del Agua, tenemos eventos masivos, talleres, concursos, presentaciones musicales, exposiciones fotográficas con el único propósito de conscientizar a la población. Las puertas de SAPASMA están completamente abiertas y estamos a su disposición para lo que necesite.
Pregunta del público: La mayoría de los lugares en el mundo y supongo que en San Miguel de Allende el 15 por ciento del agua se usa para consumo domestico y el resto es para uso agrícola e industrial. ¿Qué se ha hecho para educar a esos sectores que utilizan tantísima agua? Entiendo que existe una legislación federal que dice que todos los pozos deben medirse. Según entiendo, no todos se miden. ¿Qué se ha hecho para corregir esto si es que no se hace el uso adecuado de los mismos?
Jorge Montes: El actual Consejo Directivo está promoviendo una mejor relación con los usuarios que pagan puntualmente. Necesitamos el financiamiento para aumentar nuestra infraestructura. Necesitamos mejores herramientas para la gestión del agua. Tenemos usuarios que pagan puntualmente pero hay muchos que se atrasan. No tenemos la infraestructura económica necesaria para trabajar como deberíamos. Así que la actual Junta ha decidido ser muy inflexible con los que no pagan al mismo tiempo que hace una labor de conscientización. Porque una cosa es cuidar el agua que utilizamos y otra es pagar lo que nos corresponde a fin de contar con el servicio, porque la agencia puede cortar el suministro. Con un equipo de monitoreo correcto también podemos detectar el bombeo ilegal que no se está registrando en estos momentos. Esas son acciones concretas.
Pregunta del público: ¿Entonces qué hacemos? Este un problema mundial pero también regional. Yo propongo que nos enrollemos las mangas y nos pongamos a trabajar. Nosotros hemos aceptado la invitación que ustedes han hecho a la ciudadanía para participar activamente, de tal manera que la organización que patrocina estos Diálogos, ciudadanos de a pie, comunes y corrientes, también estamos emprendiendo otras acciones paralelas.
Invitamos a todos los que están aquí presentes a que se unan porque estamos iniciando un programa de muestreo de calidad del agua en el Río Laja para elevar consciencia sobre el uso del agua. Tenemos también el problema del arroyo de las Cachinches y ya iniciamos un estudio para conocer en qué estado se encuentra.
También vamos a iniciar un programa que consiste en visitar puerta a puerta cada barrio y colonia de San Miguel, espero que con el apoyo de SAPASMA, a fin de entregar a cada familia una pequeña encuesta en la que les preguntaremos qué saben sobre el agua en San Miguel. Queremos entregarles una lista de cosas que pueden hacer a nivel doméstico para conservar el agua. Igualmente, les entregaremos un documento donde se les informa a las familias cuál es la situación del agua en San Miguel.
Paralelamente tenemos otro programa para visitar restaurantes y hoteles ¿Por qué hacemos esto si sólo el 15 o el 20 por ciento del agua se consume a nivel doméstico? Para crear consciencia. Esta es la única manera de informar a la población sobre el stress que sufre nuestro recurso. Podemos ayudar a las autoridades para garantizar que todos los usuarios, y los que abusan del agua, especialmente aquellos que se llevan ese 80 por ciento, no la desperdicien. Si un 50 de ese 80 por ciento de agua para uso agrícola está desperdiciado, hay que hacer algo al respecto. ¿Cómo? Jóvenes aquí presentes, enróllense las mangas y pónganse a trabajar. Necesitamos por lo menos 75 voluntarios que nos ayuden a ir de puerta en puerta para hacer este tipo de encuesta y monitoreo. Los esperamos en nuestra Página Web aguavidasanmiguel.org y participen como voluntarios.
Enrique Orvañanos: Sí, tenemos que ponernos a trabajar. Los funcionarios de gobierno, técnicos, sistemas operativos, la sociedad, si no hacemos algo de inmediato vamos a pagar un precio muy alto por nuestra omisión.
Pregunta del público: Creo que el problema es tan fácil de resolver como lo es complicado de resolver. Si gastas, pagas; si consumes más, paga más. La ley de la oferta y la demanda dice que cuando hay mucho de algo, se paga muy poco. Si hay escasez, se paga mucho. Así que necesitamos una autoridad que obligue a los usuarios a utilizar lo que él o ella necesita y no más… el problema es que siempre queremos más y más.
Si el tema del agua no lo vemos como un problema político no lo vamos a resolver. Un planteamiento político va de la mano con un programa de educación: “Yo te voy a enseñar a resolver este problema. Yo voy a ser el ejemplo, porque se educa con el ejemplo”. Somos lo que hacemos, no lo que decimos que vamos a hacer. Si doy el ejemplo y aún así no aprenden los usuarios, entonces hago cumplir la ley. Me propongo a educar a los consumidores en un período de seis meses. Si no aprenden, voy a cobrar el costo real del agua reciclada, incluyendo el costo real del consumo energético. Esa es la única manera te tener soluciones reales a problemas reales.
Lo que está pasando aquí es que pasan cinco años, pasan diez o veinte … y nada cambia. Creo que la solución la encontraremos en las pequeñas ciudades como San Miguel. Esta ciudad tiene una solución. Las grandes ciudades no tienen remedio.
Creo que en San Miguel las autoridades municipales no se preocupan por resolver el problema del agua. Me he acercado a la sala del ayuntamiento para ofrecer opciones y no se han abierto. El gobierno anterior y el actual son lo mismo. Me gustaría conocer la opinión de los panelistas sobre el aspecto político de la solución.
Denia González: Un comentario muy personal es que tenemos que empezar en nuestras casas con nuestros hijos. Nosotros, como funcionarios, somos una minoría y si no contamos con el apoyo y la sensibilización de la población, muy poco podemos hacer. La política no ayuda.
Enrique Orvañanos: Estoy de acuerdo. Sólo maduramos cuando nos volvemos conscientes. No creo en la autoridad comportándose como un padre que nos debe educar. La fuerza y el conocimiento provienen de diálogos como estos, además de la organización, la participación y la cooperación. Así es como la autoridad reacciona. No podemos pedirle a papi, como lo hemos hecho durante tantos años, que lo siga resolviendo todo. Vamos a hacerlo nosotros mismos y con la participación de la gestión pública.
Pregunta del público: No hay duda de que todo el mundo aquí quiere hacer algo por San Miguel. Sin embargo, parece que no estamos de acuerdo en cómo hacerlo. Y la manera de coordinarla. Creo que nos hace falta un tipo de reunión donde cada quien contribuye con ideas concretas sobre cómo resolver el problema.
Esta es una ciudad pequeña, pero tenemos una gran cantidad de personas sinceramente interesadas en salvar a San Miguel salvando el Río Laja, a la Presa Allende. Culpamos a los agricultores… pero sin ellos ¿qué vamos a comer? ¿Por qué la agricultura está tan empobrecida? Tenemos que ir a la raíz del problema.
Las soluciones a los problemas de la humanidad están muy cerca de su raíz, que es el propio núcleo familiar. Los niños aprenden de sus padres. Lo que necesitamos es más educación. Los agricultores tienen que hacer un montón de cosas para producir un tomate que sólo cuesta 1 peso. No vemos esta parte del problema. Mi humilde opinión es que necesitamos tener más gente participando, más opiniones para ofrecer soluciones. Y dejar de quejarnos.
¿Qué podemos hacer? No quiero alardear pero he llegado a esta ciudad para construir una aldea ecológica, autosuficiente y sustentable. Lo hice con mis propios recursos para que la gente viera que podemos reciclar el agua, no sólo para el riego de campos de golf, sino para regenerar el suelo también.
Eso es importante. El tratamiento del agua puede convertirse en un gran fertilizante. Y no es un negocio más para las personas que no tienen una vocación, que no se preocupan por la sociedad o por cuidar la vida. Las plantas de tratamiento de agua son como una “infección”. Y el agua que tratan no se puede utilizar en una milpa, sólo en un campo de golf.
Quiero ayudar. Podemos hacer una pequeña reunión en mi aldea ecológica que es muy pequeña y todo aquel que quiera venir visitarla, es bienvenido. Puedocompartir con todos ustedes la información que tengo. Y si estoy equivodada, me gustaría conocer su opinión.
Pregunta del público: Sabemos que no todas las aguas residuales en San Miguel van a dar a la planta de tratamiento aunque sabemos que es capaz de tratar el 100 por ciento del agua con residuos orgánicos. Es muy bueno controlen los productos químicos, los aceites, sin embargo, nunca vamos a ser capaces de deshacernos de ellos. Siempre va a haber lluvia, drenaje y calles con los productos químicos. Por lo tanto, ¿no necesitamos otro tipo de tratamiento?
¿Necesitamos otro tipo de planta?
Denia González: Por supuesto, hay otros tipos de tratamientos previos. Pero no creo que nuestra agencia operadora pueda financiar el tratamiento de aguas industriales. Esta planta es biológica. Cuenta con microorganismos y aunque son microscópicos, se comportan igual que nosotros. Comen y necesitan oxígeno. Cuando arrojamos productos químicos en el drenaje los microorganismos se comen la materia orgánica con otros contaminantes; estamos proporcionando alimento en malas condiciones. Podríamos utilizar pre – tratamientos pero son muy caros. Es una de las soluciones. La otra solución es no arrojar en el drenaje lo que no debemos. Eso es menos costoso pero más complejo de hacer. Esas son las dos opciones que tenemos.
Pregunta del público: ¿Qué piensa SAPASMA sobre la reducción del suministro de agua a los usuarios domésticos?
Jorge Montes: SAPASMA tiene por ahora un servicio sin límite. El departamento comercial estudia diferentes proyectos. Esta semana se inició un programa para reemplazar los micro medidores en cada uno de los hogares, empezando por la zona centro. Sabemos que la mejor manera de controlar el agua es mediante el uso de un medidor. Estamos mejorando esta tecnología.
También estamos dividiendo a San Miguel en sectores para tener macro medidores en los barrios. Ese es otro tipo de seguimiento. Con esta información vamos a saber cuál es el consumo real y nos ayudará a detectar las fugas. En León hay un proyecto que controla el consumo mediante el uso de tarjetas de prepago y tan pronto como se agota el importe, el servicio se suspende. Luego hay que recargar la tarjeta para renovar el suministro de agua nuevamente. SAPASMA ya está estudiando todas estas posibilidades.
Pregunta del público: Creo que no hay una solución única al problema, pero sin duda puede haber un conjunto de acciones. Crear conciencia es la primera. Pero también hay nuevas tecnologías disponibles. He investigado mucho y sé que hay “nuevas tecnologías” que se utilizaron en el pasado histórico. No hace mucho tiempo me di cuenta de que en algunos países están trabajando con arroyos que antes eran basura líquida y ahora son humedales para limpiar el agua. No sé si eso sería factible en San Miguel de Allende y si se podría aplicar al arroyo de las Cachinches y muchos otros lugares. Aquí sólo hablamos de plantas de tratamiento, pero ¿qué pasa con la agricultura? He estudiado diferentes técnicas para diferentes tipos de cultivos. Mi pregunta es por qué el gobierno no está promoviendo estas técnicas? Y qué estamos haciendo para recolectar el agua de lluvia en San Miguel de Allende?
Denia González: Sí, hay humedales, técnicas anaeróbicas, pero si usted va a tratar el agua con piscinas de oxigenación sí son métodos de bajo costo en los que no hay que pagar electricidad ni mantenimiento de equipos, pero en San Miguel el metro cuadrado de tierra es muy caro y para hacer un tratamiento de agua de este tipo necesitaríamos hectáreas.
Enrique Orvañanos: Me gustaría que participara en nuestras reuniones porque toda esta información debe ser compartida. ¿Estamos recolectando el agua de lluvia?
Sí, algo se está haciendo. La última administración hizo algo al respecto y la actual se interesa también.
Pregunta del público: ¿Tienen ustedes un proyecto para crear conciencia en los agricultores sobre los tiraderos de aguas residuales y el uso de un tratamiento separado?
Denia González: La idea es promover el riego agrícola con agua de otras fuentes, no sólo de los pozos. Si los agricultores reutilizaran el agua, eso sería maravilloso. Es un proyecto bastante ambicioso, pero hasta el momento, la planta de tratamiento sólo vende agua del campo de golf. Hay otros proyectos para utilizar el agua en áreas verdes y proyectos de construcción. Hemos presentado un plan para los ejidatarios que colindan con la planta de tratamiento para que puedan utilizar agua tratada. Tiene una de las mejores calidades en Guanajuato y produce uno de los mayores volúmenes de agua considerando los contaminantes que recibe. Hemos sido reconocidos por el gobierno federal. Estamos recibiendo 60 centavos por metro cúbico como contribución federal. Nuestra planta de tratamiento de agua es parte de ese apoyo federal.
Otro de los proyectos que tenemos es la elaboración de composta. Una planta aeróbica genera muchos lodos que podría llegar a ser un problema, así que estamos elaborando composta para regenerar los suelos.
Abraham Soto: La calidad del agua para el cultivo de cosechas es un requisito. Si quiero vender aguas residuales a un usuario para el riego de hortalizas, probablemente se nieguen porque la calidad no sería la adecuada. Pero estamos estudiando esa perspectiva. Hay pequeños proyectos aquí y allá para detener el uso de los pozos. En Celaya, El Rincón, en Acámbaro utilizan agua tratada. Pero estamos hablando de cultivos muy específicos pues hay que cumplir con una cierta calidad.
Conclusiones:
Rafael Zárate: Conozco el trabajo de SAPASMA y es excelente y está registrado en un marco legal. Pero no pueden hacer más de lo que establece la ley. El estándar de México para el arsénico en el agua potable es de 25 ppm. Y la Organización Mundial de la Salud establece que por encima de 10 ppm ya es peligroso.
Tan peligroso que el riesgo de la diabetes 2 se incrementa en 385 por ciento. El problema de salud hoy en día es la diabetes. Y le va a costar al gobierno más dinero que si hubiera invertido en la reducción del estándar y la prestación de los tratamientos para cumplir con el nuevo estándar. Así, aunque tuviéramos una gran administración con grandes soluciones, no resolveríamos el problema. La diabetes en este país ha matado a más gente de la delincuencia organizada. Y el gobierno no va a hacer nada al respecto, porque las normas que tenemos en nuestro país no protegen a los ciudadanos. Como sociedad tenemos que organizarnos porque estamos pagando las consecuencias. Y espero que esta invitación tenga en realidad un buen impacto.
Abraham Soto: Tenemos que promover un cambio de paradigma. Tenemos que empezar con pequeños proyectos que sean contagiosos. Esa es la única manera de hacer las cosas bien. Espero que todos aquí puedan expresar nuestra preocupación sobre la escasez del agua para ir con los vecinos y promover una mayor consciencia colectiva.
Denia González: Este no es el final. Debemos comprometernos con la sensibilización sobre el agua. Si somos 50 personas aquí y salimos a difundir nuestra palabra, podemos convertirnos en 100 voces más.
Jorge Montes: Estoy de acuerdo. Necesitamos generar multiplicadores para el cuidado del agua. Es la única manera de llegar a los tomadores de decisiones. Yo comparto la ideología de SAPASMA y estamos abiertos a escuchar sus propuestas. Estamos aquí para servir a la población.
Enrique Orvañanos: El problema es nuestro, por lo que la solución debe venir de nosotros también. Resumo todo lo dicho aquí en una palabra: participación ciudadana.