Una obra faraónica recién inaugurada en San Miguel de Allende ha generado más preguntas que respuestas. Los especialistas invitados al Foro Ciudadano ¿Ésta es la solución al abasto de agua en nuestra ciudad?, organizado por Yo Soy SMA A.C. y conducido por Nuria Lara en octubre pasado merece ser reproducido aquí y complementado con otras entrevistas.
Se trata de un acuaférico que subirá de la Presa Ignacio Allende hasta el Cerro de las Tres Cruces —285 metros— y recibirá agua de seis pozos: El Mirador, El Cuervo en el Fraccionamiento Villa de los Frailes y los restantes en San Marcos de Begoña. Todos los habitantes de la zona alta poniente y norponiente de la ciudad serán beneficiados, según el video promocional de SAPASMA. “Aseguramos el agua hasta por lo menos el año 2041”.
La obra ha tenido un costo de 156,554,532.00 millones de pesos para cubrir gastos de perforación, equipamiento y electrificación de 7 pozos de agua potable, construcción de tanque de almacenamiento y cárcamo de rebombeo, además de líneas de conducción con una longitud de 10.6 kilómetros. Asimismo, cuenta con un sistema de control y monitoreo que consiste en manejar a distancia los niveles de almacenamiento, extracción y distribución del agua. Según Francisco García León, director de la Comisión Estatal del Agua, a esta magna obra se suma otra que desde tiempo atrás es un compromiso pendiente: “la nueva planta de tratamiento de aguas residuales y que por instrucción del gobernador Diego Sinhue se les estará apoyando para tratar 180 litros por segundo.” ¿Para cuándo?
Según Nuria Lara las autoridades han mencionado una serie de estudios geofísicos elaborados para garantizar la eficacia del proyecto. Sin embargo, son desconocidos por la población en general y los especialistas invitados al Foro en particular: Vicente Zepeda López, director de la Conagua/Guanajuato, Rebeca Lopez y Carlos Vargas del proyecto Agua para todos, Gonzalo Hatch Kuri, geógrafo con especialidad en materia ambiental y Cesar Arias, director del Charco del Ingenio.
Las preguntas son legítimas. Tanto los participantes del Foro Ciudadano, así como habitantes de las comunidades de Cabras y San Marcos de Begonia aseguran que no todo está claro ante el hermetismo de SAPASMA. ¿Qué pasa si este remedio temporal acaba antes de lo prometido ante la evidente sobre-explotación del acuífero? ¿Es una solución viable? ¿Esta medida fomenta una equitativa y ecológica cultura del agua en un contexto de desperdicio generalizado? ¿Se están considerando las sequías extremas prolongadas que exigen una mayor extracción de agua? ¿Se ha contemplado la captación de agua de lluvia durante las lluvias torrenciales como alternativa complementaria? Y como dijo Cesar Arias, el acuífero subterráneo no sólo está contaminado con arsénico y flúor debido a la profundidad de la extracción y la antigüedad del agua, sino recibe las descargas agroindustriales, ganaderas, de negocios y domésticas del Río Laja que finalmente se depositan en la Presa Allende. ¿Cómo se va a tratar el agua contaminada que será bombeada hasta Tres Cruces? ¿Quién va a pagar por los costos de operación y mantenimiento, no incluidos en la cifra arriba mencionada? ¿ Recibió SAPASMA la anuencia de las comunidades de Juan Xido, Cabras, San Marquitos y San Marcos de Begonia, los afectados directamente? Si los fraccionamientos se van a beneficiar masivamente de esa agua ¿costearán tanto la instalación como su mantenimiento y su operación?
Existe suficiente información sobre la precaria situación del agua en la región. Hatch Kuri mencionó los estudios realizados en 2009 por el Dr. Marcos Adrian Ortega que demostraron, desde entonces, la enorme presión sobre la cuenca, un dato que el organismo operador del agua SAPASMA lo sabe bastante bien. “Aunque es de cierta manera acertado tener una visión de planificación para cubrir la demanda a futuro, estamos hablando de agua que no es renovable en tiempo de escala humana. Es decir, no vas a reponer agua con 10,000 a 35,000 años de antigüedad. Por más que establezcas un mega programa de ordenamiento territorial agresivo no se va a poder lograr esto, lo cual ya es una llamada de atención para todos.”
Carlos Vargas insistió en lo mismo. Mencionó el estudio que el Dr. Ignacio Navarro de León llevará a cabo en 2005 donde ha demostrado que, debido al crecimiento de las actividades agroindustriales y la sobrexplotación del acuífero, a partir de 1983 los volúmenes extraídos de agua subterránea rebasaron los de agua de recarga.
Como dijo César Arias, lo anterior se explica cuando el norte de Guanajuato, una zona semidesértica, está sometida a un “estrés brutal” de producción de hortalizas y de proyectos ganaderos que consumen el 85% del agua subterránea. “El resto es para el consumo humano, pero es un decir. En San Miguel hay 70 fraccionamientos autorizados por los dos últimos regímenes municipales que demandan agua. No sabemos si este proyecto responde a los tremendos compromisos que tuvieron los dos alcaldes anteriores o si corresponde a un concepto responsable de abasto de agua.”
La historia del acuaférico es una de anomalías que se fueron “corrigiendo” en el camino. Primero Conagua clausuró los pozos de la ribera, de San Marcos de Begoña y Juan Xidó Cabras. SAPASMA nunca solicitó la autorización debida pero logró evadir la clausura total recurriendo a una cláusula de la Ley Nacional del Agua que permite trasladar concesiones no explotadas en otras regiones y redireccionarlas hacia donde más se necesitan. Conagua no tuvo más remedio que autorizar la perforación que ya estaba suspendida.
Así, Vicente Zepeda confirmó que “SAPASMA pudo regularizar las tres perforaciones o aprovechamientos de agua en razón de que tiene títulos de asignación con volúmenes que no aprovecha en ciertos lugares y mientras sean del mismo acuífero, la autoridad del agua no tiene impedimento legal para negar esa oportunidad de hacer una redistribución en el lugar.”
Vicente Zepeda reconoció que los acuíferos de Guanajuato están sobreexplotados y que el mega-proyecto alterno de El Realito en San Luis Potosí no es la solución para San Miguel debido a que solamente tiene asignaciones para San Luis y Celaya.
Para concluir, Rebeca López afirmó que este ejemplo resulta “valiosísimo para nosotros porque demuestra la necesidad urgente de impulsar una contraloría ciudadana que vigile el cumplimiento de la planeación municipal. Una contraloría ciudadana para observar que se hagan las cosas correctamente. ¿Dónde queda la parte social que ahorita es la que está sufriendo y padeciendo las consecuencias?”
Hay una Ley Nacional del Agua que ya no obedece a las necesidades de la sociedad, de la economía y del cuidado de los recursos naturales. “Nos hemos enfocado en ver el agua como utilería. Esto nos ha llevado a una crisis por la falta de articulación entre los diferentes sectores e instituciones encargados de la gestión del agua”. Rebeca concluyó señalando una contradicción fundamental: “por un lado se hacen inversiones costosísimas y por otro la distribución del agua es inequitativa.”
Es evidente que ante las condiciones actuales de estrés hídrico y climático de la región sigue ausente el diálogo indispensable entre los diferentes sectores de gobierno, organizaciones y comunidades para un manejo integrado de cuencas. Las acciones de conservación de suelo y agua son cada vez más apremiantes. Por lo anterior, las comunidades que serán afectadas —cuando el funcionamiento del acuaférico se eche a andar al 100 por ciento— plantean la necesidad de una nueva cultura del agua que parta desde lo individual a lo colectivo. Es decir, ante la escasez que se avecina es indispensable iniciar una transición hacia la sustentabilidad y resiliencia hídrica.
Primero, y por supervivencia, debe fomentarse la captación de agua de lluvia como obligación y derecho. Simultáneamente, el aprovechamiento de aguas grises, —además de asumir responsabilidad de desechos humanos (drenajes)— es otra obligación para no contaminar los mantos de agua. La nueva conciencia invita, además, a consumir alimentos que se producen desde una agricultura respetuosa con el ambiente. Finalmente, y sin consideraciones de costos políticos, deberá aumentarse el precio del agua a los usuarios domésticos e industriales. Las inversiones financieras y de capacitación para la implementación de ecotecnias adecuadas se incrementarán año con año en un contexto de cambio climático impredecible.
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